viernes, 30 de julio de 2010

Pon un Eneas en tu vida

Tengo la mitología griega grabada a fuego desde que tenía edad de comer papillas. Mi hermana mayor estudiaba Filosofía y Letras y practicaba conmigo sus traducciones del griego clásico, con la excusa de entretenerme para que comiera. Gracias a ella crecí escuchando historias de la Odisea, la Eneida y la Illíada, divirtiéndome con las aventuras de Hércules mientras disimulaba el terror que me producían esos bichos imposibles como el Minotauro, Medusa, los grifos y las arpías. Ahora acabo de terminar una novela sobre la fundación de Cartago que se llama Dido, Reina de Cartago y que os recomiendo como lectura para las vacaciones. Sólo tiene 300 páginas y su autora, la historiadora Isabel Barceló Chico, ha extraído de la Eneida de Virgilio la leyenda de la huída de Tiro por parte de los Fenicios, la fundación de Cartago y el trágico amor de la reina Dido, también conocida como Elisa de Tiro, por el troyano Eneas (já! menudo pájaro estaba hecho!). La gracia de la novela no reside sólo en rememorar mitos que muchos ya conoceréis, como la famosa piel de toro del rey de Libia o la intervención de Venus y Cupido para llevar a Dido a la perdición; sino que han participado en la confección del libro montones de internautas lectores del blog de Isabel Barceló: Mujeres de Roma. La bloguera ofreció a sus lectores la posibilidad de introducir ellos mismos un personaje en la novela, extraído de la Eneida o inventado, aportando sus propias características. Al final de la novela, Isabel agradece cada una de las aportaciones con el nombre del personaje junto a la del lector, y explica que cuando llegó a tener 70 personajes, tuvo que parar porque la acogida fue enorme.
Cuando empecé el libro, pensé que era una novela histórica más; sin embargo, su proceso de elaboración la hace singular y merecedora de un huequito en mi estantería. Además, las pasiones desgarradoras siempre son bienvenidas en las tardes de estío... o no?

martes, 20 de julio de 2010

Salvemos a las sirenas entradas en carnes

Cuando Cristobal Colón llegó a América y vio por primera vez un manatí, pensó que era una sirena y, como es lógico, se sintió decepcionado por las leyendas que hablaban de aquellas bellas mujeres mitad humanas-mitad pez, capaces de hacer perder el juicio a los marineros más curtidos, como se puede leer en su cuaderno de bitácora, donde escribe que las sirenas "no son tan hermosas como se pintan". Los manatíes miden entre 3 y 4 metros y pesan 200-300 Kg. Tienen extremidades anteriores con dedos y una cola plana. Dicen de ellos que son amigables, apacibles e incluso domesticables. El Golfo de México es uno de sus hábitats naturales, repartiéndose entre las costas de Luisiana, Alabama, Misisipi y Florida. Como no podían ser menos, estas "señoras del mar", significado de la palabra manatí en alguna antigua lengua indoamericana, se están viendo afectadas por el vertido de crudo de BP. Tanto si "pastan" en las praderas del fondo marino dañadas por el petróleo, como si salen a respirar a la superficie y entran en contacto con la mancha o ingieren agua contaminada, pueden sufrir graves daños e incluso morir. Y los manatíes son sólo la punta del iceberg, ya que, como explica Nikolas Kozloff, autor del libro No rain in the Amazon: How South America's climate change affects the entire world, el vertido contiene un 40% de gas metano. El metano es incoloro, inodoro e inflamable y, en contacto con el oxígeno, se convierte en CO2 y provoca disoxia marina, un fenómeno que mata a la fauna marina consumidora de oxígeno. Si aún no tenéis suficiente, os puedo hablar del calamar gigante y el cachalote, residentes en estas costas y también en grave peligro. Todo esto me lleva a no poder reprimir una carcajada, muy a pesar de los encantadores manatíes, cuando leo la noticia de que Obama ha presentado la nueva política de protección de los océanos, que una Sigourney Weaver poseída por Jane Goodall alaba fervientemente en un artículo publicado en el diario digital The Huffington Post que no tiene desperdicio. Estimada Teniente Ripley, permítame dos apuntes: 1. Desafortunadamente Obama no es Dios y no tiene el poder de proteger todos los océanos de la tierra; y 2. Pandora es sólo animación 3D, quítese las gafas de plástico y observe a su alrededor, el mundo es mucho más feo.


martes, 13 de julio de 2010

Bizarrismo yogui


Lo he intentado, lo juro, llevo años practicando yoga en sus distintas vertientes en centros públicos y privados, con profesores de toda clase... Siempre llego a la misma conclusión, y es que el yoga tiene un puntito secta que no acabo de pillar. Sin pretender faltar a nadie al respeto, el otro día practicando Kundalini Yoga me sentí tremendamente ridícula. Al principio de la clase todo iba bien, hicimos los habituales ejercicios de relajación con las piernas cruzadas, la respiración abdominal y un par de mantras -"ong namo, guru dev namo"- (no son santo de mi devoción, pero los tolero); después algunos ejercicios clásicos de yoga como el perro-vaca, la cobra, el saludo al sol, etc. Hasta aquí todo bien, sin embargo, la clase comenzaba a ser excesivamente larga. A pesar de no llevar reloj, empecé a tener la sensación de que ya llevábamos más de hora y media, lo cual me venía fatal porque me tenía que ir a trabajar y ya veía que llegaba tarde. Por fin hicimos el ejercicio final de relajación, ese en el que te tumbas boca arriba, no piensas en nada y dejas caer todo el peso de tu cuerpo, sintiéndote cada vez más ligero. Este ejercicio suele ser muy agradable, no lo voy a negar, pero si dura mucho tiempo, te acabas quedando sopa y, reitero, ¡me tenía que ir a trabajar! Pues no contenta con dejarnos a todas (todas, sí, no había ni un sólo hombre) medio fritas, al final la monitora nos obligó a hacer un ejercicio en el que cantábamos el estribillo de una canción yogui, con coreografía incluída que no pienso describir porque me muero de la vergüenza. No hace falta decir que a estas alturas de la película mi relajación se había convertido en irritación y mis músculos empezaban a agarrotarse de pura mala leche. La canción yogui provenía de un CD cuya carátula daba el mismo miedo que las que podéis ver en la fotografía, que dan cosica, y decía literalmente: soy hermosa, soy dichosa, soy generosa... soy yo.... Todo ello acompañado, como decía, de una coreografía absurda en la que no bastaba con cantar, sino que también había que sonreir como una imbécil. Lo siento de veras por quien lea esto y pueda sentirse ofendido, personalmente no estoy en ese nivel de autoestima en el que necesite repetirme a mí misma delate de 10 desconocidas que soy hermosa y estupenda. Quizás a algunas personas les ayude a sentirse mejor. A mí me ayuda a sentirme ridícula. Y no sólo eso, sino que si tienes la desgracia de que te pasen una fotocopia con los mantras traducidos, apaga y vámonos. El más impactante dice así "Aap Sahaee joa, sache daa, sache dhoa. Jar, jar jar", que en castellano viene a ser: "el señor mismo se ha vuelto mi protector. la verdad de la verdad me ha puesto a su cuidado. Dios, Dios, Dios". Es escalofriante.

miércoles, 7 de julio de 2010

Todos a la Cárcel

Foto: elplural.com

Es una pena que hayan demolido parte de los pabellones de la Modelo de Valencia, donde Berlanga rodó su película Todos a la Cárcel. Y es una pena porque estaría bien hacer un remake con todos los miembros del PP valenciano que están implicados en procesos judiciales. Ayer por la tarde el presidente de la Diputación de Alicante fue detenido y prestó declaración junto a otros imputados por una trama (otra) de corrupción en la vega-Baja, al sur de Alicante. Si esto fuera una quiniela, ya tendríamos el pleno al quince: el presidente de la Diputación de Castellón, el presidente de la Diputación de Alicante, el molt honorable president de la nostra comunitat, varios ediles de Orihuela, la consejera Milagrosa Martínez, el tesorero del partido... ¿alguien da más? se abren las apuestas. Aquí podéis leer un resumen de sus "travesuras".
Ayer a las 9 de la noche la noticia era portada de todos los diarios digitales y, mirando el teletexto me encuentro, irritada, que no sorprendida, que en Canal 9 la noticia no existe. No es que estuviera en plano secundario, es que NO EXISTÍA. El presidente de la Diputación de la provincia de Alicante es detenido y Canal 9 directamente actúa como si no se hubiera enterado. Una vez más la GESTAPO valenciana vuelve a hacer apología de la censura. Y siguen ganando por mayoría absoluta. Tenemos lo que nos merecemos, y que viva la democracia...

viernes, 2 de julio de 2010

"Infectados" por la huelga

foto:elpais.com

La impresión que tuve cuando leí el Ensayo sobre la ceguera del reciente y tristemente fallecido José Saramago, fue que estaba viendo una película de zombies de esas modernas que se desarrollan en ciudades emblemáticas y en las que a los muertos vivientes se les llama "infectados". La atmósfera asfixiante, el desasosiego y la podredumbre que desprende esta novela era lo más parecido a 21 Días Después. Qué angustia... La misma que siento cuando veo a mis paisanos madrileños deambulando por las calles, cual infectados, intentando llegar a sus puestos de trabajo, a sus casas, al colegio... adonde sea en un triste autobús al que se subirán apretujados como ratas. Esa pobre gente está viviendo ya la quinta jornada de la huelga de metro y parecen haberse acostumbrado porque, como buenos especímenes del género humano, se caracterizan por su capacidad de adaptación al medio.
Hacer una huelga de metro en Madrid, como la que se vivió en las jornadas del lunes y el martes, es un auténtico acto antisistema que casi podríamos calificar de anarquista, aunque esta no sea la intención de los trabajadores, que simplemente se levantan en contra de una reducción de salario inventada por esa gran ideóloga que es doña Espejodeloquesomos (si alguien no sabe de qué va esto, sólo tiene que recordar el lema publicitario de Telemadrid más desafortunado de todos los tiempos). El comienzo- y el final- del Ensayo sobre la Ceguera retrata un mundo que ha perdido el control de la estructura que lo sostiene y nos demuestra lo efímera y volátil que esta estructura puede llegar a ser. Basta con unos cuantos conductores de metro cabreados para que una ciudad de 3 millones de habitantes se encuentre perdida y desesperada dentro de su propio sistema. Hemos creado tantas cosas que dependen de que todos estemos de acuerdo y las hagamos funcionar, que cuando alguno se cabrea, la civilización se va al garete. El señor Saramago era un sabio...