miércoles, 8 de diciembre de 2010

Marionetas de hilo que hablan portugués

La sala del teatro de títeres La Estrella se queda totalmente a oscuras, en ella, muchos adultos y algunos niños se preguntan con inquietud qué es lo que va a pasar a continuación. De repente, se ilumina una ventanita en el escenario. Es el retablo donde se va a representar la acción. Una canción pegadiza, festiva y folclórica emana de las cuerdas de una guitarra portuguesa entre bamablinas, y la luz mortecina de lámparas de aceite deja ver una serie de marionetas de hilo que danzan acompasadas portando cada una de ellas una antorcha (con fuego de verdad). Las marionetas son de madera y, cuando tocan el suelo del retablo, parecen zapatear en un tablao flamenco. La música pronto adquiere un ritmo más rápido y los títeres bailan enloquecidos (aún portando sus antorchas) hasta que finaliza el primer acto con un golpe seco contra la madera, que se lleva de una vez a todos los actores. Así comienza El Auto de la Creación de los Bonecos do Santo Aleixo (los muñecos de Santo Aleixo), unas marionteas tradicionales originarias del pueblo que les da nombre, en la región portuguesa del Alentejo.
Estos deliciosos títeres están fabricados en madera, miden entre 25 y 40 centímetros y son manejados por una pequeña compañía que los ha logrado recuperar tras años de abandono. Cuentan los que conocen a la gente del Alentejo que los Bonecos tienen un sentido del humor y una visión de la vida muy "alentejana", y son un legado cultural con siglos de antigüedad. Similares a las marionetas tradicionales de Lieja (Bélgica) y Sicilia, se cree que los Romanos ya disfrutaban de una versión muy parecida de este espectáculo. Críticos con la iglesia, con un humor nada sutil y un poco "de cachiporra", los Bonecos do Santo Aleixo pasaron por el Cabanyal, en Valencia, para reivindicar la permanencia del Teatro de la Estrella, cerrado durante algún tiempo y que ahora ha vuelto a abrir sus puertas... no se sabe por cuanto tiempo. Por estos lares ya sabemos que las cosas que no dan dinero o votos se pierden en el olvido, como los títeres del Alentejo o el barrio del Cabanyal.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Abuelos en el centro comercial


Hace algún tiempo recuerdo que un arquitecto de renombre al que entrevisté me hablaba de cómo en la sociedad de consumo en que vivimos, los centros comerciales han sustituido a las plazas públicas como espacio de encuentro y reunión entre las personas. Siempre pensé que exageraba y que, a pesar de la deshumanización propia de las grandes ciudades, la gente sigue reuniédose en los cafés, los parques y las plazas. Cuál fue mi sorpresa cuando ayer mismo vi a tres abuelos, con boina y garrota en mano, sentados en un banco en mitad del centro comercial Nuevo Centro de Valencia. No estaban comprando ni esperando a un familiar. Estaban "a la fresca", mirando a la gente, de tertulia, pasando la tarde. No daba crédito. Luego lo pensé y le vi toda la lógica: en invierno están calentitos y en verano fresquitos, y encima se alegran la vista mirando a las muchachas jóvenes que suelen frecuentar ese tipo de lugares. Me prometí a mi misma que les haría una foto, así que cuando vuelva por ese centro comercial les fotografiaré y os demostraré que sí, que efectivamente aquel arquitecto tenía razón. Los abuelos han cambiado las plazas públicas de antaño por los centros comerciales.
Y es que estar a la fresca es una de las grandes aficiones de los jubilados, junto con mirar las obras y jugar al tute, distracción que en Valencia se han empeñado en fastidiarles. Por lo visto hace años que el Ayuntamiento prohibió las apuestas con dinero en juegos de mesa en los centros de mayores. Los abuelos están que trinan, dicen que el tute sin apostar céntimos (¡céntimos!) no tiene gracia, que sin estas distracciones la vida para ellos carece de interés.
La noticia ayer era portada de los principales diarios locales. Increíble pero cierto, las apuestas ilegales de los jubilados desbancan de la primera plana al conflicto del Sahara. ¿Vivo o no vivo en una república bananera?

lunes, 8 de noviembre de 2010

La estafa literaria


A veces, sólo a veces, me da por leer best sellers. Es una debilidad propiciada por recomendaciones de amigos, familiares, el Babelia de El País y el programa Página 2 de La2, que me lleva en ocasiones a tragarme interminables bodrios de cuya lectura me arrepiento, casi siempre, a la mitad del libro. Me ocurrió con los tres Laarson (que me leí estoicamente), con La Catedral del Mar, La Sombra del Viento y, más recientemente, con El Juego del Ángel, los dos últimos del laureado Carlos Ruiz Zafón.
Lamentablemente, el día que fui a la biblioteca en busca de El Consuelo, de mi adorada Anna Gavalda, estaba ocupado y sólo pude coger El Juego del Ángel porque no encontré disponible ningún título que me apeteciese. Me movió la cuiriosidad y sus primeras líneas me llenaron de unas expectativas que nunca fueron cumplidas. Y es que el libro empieza bien y, para cualquier escritor y/o periodista, sus palabras son un gancho infalible. Tan infalible como que en los supermercados coloquen los chicles junto a la caja. No puedes evitar coger un paquete. Carlos Ruiz Zafón es un vendedor de humo, y lo digo sin acritud, me alegro de que gracias a sus argucias pueda vivir de la literatura, que no es poco; pero leyendo sus libros me siento estafada. La historia es mala, la prosa es mala y la intención es claramente comercial. Aunque lo más fácil es que te dejes engañar desde el inicio, porque el escenario es atractivo (la Barcelona más sórdida de los años 20) y el personaje principal promete mucho... y se queda en nada. Las descripciones, rimbombantes y repetitivas, consiguen que la novela gane puntos en su venta "al peso". En definitiva, El Juego del Ángel podría ser una estupenda novela policíaca de 200 páginas; sin embargo, es un peñazo de más de 600. Y vuelvo a decir que me alegro de que gracias a escritores como Ruiz Zafón, hay gente que al menos se lee un libro al año y aprende un par de palabras nuevas. Desde aquí le doy la enhorabuena por el éxito de su estafa literaria.

Naif cumple 2 años



Os presento la nueva edición de Naif, la revista para padres contemporáneos de la que soy su orgullosa editora. Cumplimos nuestro segundo aniversario y lo hemos querido celebrar con una revista más extensa y repleta de reportajes, moda, bazares, tendencias… Hemos entrevistado a Najwa Nimri, viajado al Machu Picchu, celebrado fiestas de cumpleaños, entrado en los hogares de cinco familias con estilo, conocido a seis mamás blogueras, profundizado en el mundo de las personas con autismo y sus familias… Viéndola me doy cuenta de que el esfuerzo del último mes (días interminables mirando una pantalla, fines de semana trabajando, noches sin dormir pensando en posibles errores en los textos...) ha merecido la pena. De momento, y hasta que esté distribuida en los puntos de venta a finales de esta semana, podéis echarle un vistazo a algunas de sus páginas aquí.

domingo, 17 de octubre de 2010

Nada se pierde, todo se transforma



Hace ya algunos años que le perdí la pista a Jorge Drexler. Su fugaz paso por los Oscar, su giro musical hacia melodías más electrónicas y, en general, su éxito masivo, me hicieron abandonar a un "cantautor" que durante mucho tiempo me tuvo robada el alma. Eran los años 90 y los cantautores habían resurgido en Madrid: Javier Álvarez, Paco Bello, Inma Serrano... todos ellos pasaron de tocar en el Retiro a recorrerse las pequeñas salas de la capital. El Café Libertad era mi segunda casa a mediados de los 90 y así fue como conocí a Jorge Drexler. Muy joven, tímido y poco hablador era aquel uruguayo que me susurraba al oído desde los auriculares de mi walkman, porque hace tanto tiempo de esto que entonces yo sólo tenía sus dos primeros discos grabados en cinta.
Nada que ver con el Jorge Drexler que tuve el placer de disfrutar el viernes pasado en el Palau de la Música de Valencia. De repente, el cantautor se había convertido en un excelente maestro de ceremonias que hacía bromas continuas al público entre canción y canción, y se ganaba nuestra complicidad haciéndonos participar de mil maneras: dando palmas, haciendo coros e incluso iluminando la sala con las pantallas de nuestros teléfonos móviles para acompañar su tema Noctilucas. Sencillamente, me quedé prendada de él, de su voz y de los músicos que llevaba, buenísimos y divertidísimos. Tanto que daban ganas de irse de fiesta con ellos al acabar el concierto. Verdaderamente un lujo. Lo único que lamento es que no tocase 730 días y alguna que otra canción más de las que me robaron mi corazón de post-adolescente. Y que hubiera tanta gente en el concierto, porque siempre da mucha rabia cuando algo que te gusta sólo a ti, lo acaba conociendo todo el mundo.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Out of order

Aprovechando la jornada de hoy, me pongo en huelga de dedos caídos. Esto quiere decir que dejo de teclear en este blog, pero no sólo por un día, sino por un tiempo. Por causas ajenas a mi voluntad me veo obligada a pluriemplearme y, desafortunadamente, debo orientar toda la creatividad de que dispongo hacia fines exclusivamente lucrativos. Volveré... en cuanto la precaria situación laboral del mundo del periodismo me dé un respiro y me reporte un salario digno y suficiente como para no tener que trabajar en 20 sitios a la vez para llegar a fin de mes. Entre tanto... seguid leyendo muchos libros, prensa y buenos blogs. La información es poder.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Los niños de la luna

Por motivos profesionales últimamente me estoy empapando de información referente al autismo, un trastorno que, según el Instituto de Salud Carlos III, afecta a 1 de cada 700 personas, en su mayoría hombres. Los autistas sufren un trastorno del desarrollo, de origen neurobiológico, que se manifiesta durante los primeros 30 meses de vida. Esto implica alteraciones en el desarrollo de las funciones sociales, cognitivas y comunicativas que, normalmente, los niños adquieren en los primeros cinco años de vida. Investigando y hablando con distintas personas expertas en el tema, me he encontrado con Miguel Gallardo, un dibujante de cómic con una hija autista que ha llevado su experiencia al papel, a la animación y también al cine, con el documental María y Yo, que se estrenó este verano. Su cortometraje de animación El Viaje de María, explica perfectamente cómo es el día a día de un autista y su familia. Es una joya.

jueves, 16 de septiembre de 2010

"Viceversa"

foto: Papel en Blanco
Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte

tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte

tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte

o sea
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizás más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.

Mario Benedetti hubiera cumplido 90 años este mes...

lunes, 6 de septiembre de 2010

Swans at the docklands

Imagen: scenesofireland

El niño rubio de mirada gris estaba sentado en el muelle del Gran Canal. Desde allí podía ver los barcos atracar en el puerto de Dublín, o zarpar hacia el mar pasando bajo el puente levadizo que paralizaba el tráfico, logrando por escasos minutos que los coches no mandaran en aquella ciudad de jerarquías.

A su alrededor los otros niños rubios, con sus flequillos rubios y sus miradas grises, jugaban al hurling en los patios de sus casas. Hordas de niños con alma de pobre gritando palabras de adulto pobre en patios de casas pobres, presididos por imponentes e impotentes imágenes de la Virgen María rodeada de flores, como si por el hecho de estar ahí esos niños no debieran temerle a nada. Ni a las largas manazas de sus madres, ni a la Guiness en la sangre de sus padres, ni a la absurda vida que les espera.

El niño rubio de mirada gris sentado en el muelle hablaba con los cisnes, que movían sus colitas felices de que alguien les prestara la misma atención –que no comida-, que los turistas prestan a los cisnes del Saint Stephen’s Green. Pero los cisnes del puerto de Dublín son patitos feos y hambrientos; y bajo la atenta mirada gris enmarcada por el flequillo rubio del niño del muelle, no pueden ser sino grises. Tristes cisnes grises.

De pronto el cielo se volvió plomo y unas finas gotas de lluvia helada resbalaron por el rostro del niño. Miró al cielo, que se había tornado del gris de sus ojos; miró después a esos cisnes tan sucios como sus rodillas, y sonrió. Sonrió porque en las casas ricas de los suburbios los niños no podrían jugar en sus jardines, y celebró que la lluvia, por suerte, cae de la misma forma para todo el mundo en esta ciudad de jerarquías ahogadas en cerveza negra.

El niño se levantó y giró sobre sus talones con la intención de volver a casa. Imaginó que su papá aquella noche no había ido al pub y que le esperaba, entre risas, ayudando a su mamá a hacer la cena. Quizás hubiera música de fondo, esa cassette de viejas canciones irlandesas que le cantaban cuando era un bebé. Quizás esa noche no habría gritos en su salón. Puede que hasta su hermano mayor viniera a cenar con ellos.

Dejó de llover y los cisnes volvieron a acercarse al muelle. El flequillo rubio del niño, pegado contra su frente, le chorreaba por toda la cara. Los cisnes sabían que no era lluvia lo que mojaba la cara del niño. En el puerto todos imaginan que las cosas pueden ir mejor, hasta que se cansan de imaginar y empiezan a ir al pub. El niño rubio de mirada gris lo sabía bien. Ése es el lugar donde van a morir los sueños. Por eso él nunca irá al pub, ni siquiera cuando cumpla los 21, ni aunque le invite su hermano mayor. Los cisnes le observaban escépticos. De vez en cuando un niño rubio de mirada gris se hacía la misma promesa sentado en el muelle. Ya no creían en milagros. Hace años que se cansaron de soñar con pasear sus largos cuellos por el estanque del Saint Stephen’s Green.




miércoles, 1 de septiembre de 2010

El gran carnaval chileno

La primera vez que vi El Gran Carnaval (Ace in the Hole) fue en la Filmoteca de Madrid una de esas sofocantes y soporíferas tardes de agosto, en las que poco se puede hacer que no sea buscar el aire acondicionado de los cines y las cafeterías. Me metí en un ciclo de Billy Wilder, sola, esperando ver una comedia. Sin embargo, la película protagonizada por el enorme Kirk Douglas es de todo menos una comedia. Hacía años que no me acordaba de esta cinta que narra la historia de un minero que, al quedarse atrapado en la mina se convierte, sin saberlo, en la víctima de los retorcidos planes de un periodista de poca monta en busca de un Pullitzer. Un relato estremecedor cuyo parecido con la noticia de los 33 mineros atrapados en Chile me provoca pavor. En un principio parecía que tardarían 3 meses en rescatarles y ahora barajan varios planes alternativos para acortar este plazo; mientras tanto, las imágenes que la cámara-sonda nos brinda alimentan los informativos televisivos día a día, junto con las cartas que los mineros escriben a sus familiares acampados en el exterior de la mina. Ahora también se han instalado en la zona otros trabajadores de la misma empresa como protesta por sus condiciones laborales. El peregrinaje de personas a la entrada de la mina comienza a crecer y asusta pensar que aquello pueda convertirse en ese "gran carnaval" de Wilder. De momento los medios están mostrando respeto por los mineros. Esperemos que la cosa no cambie y no se alargue el rescate, no sólo por la terrible experiencia que están viviendo; sino también para evitar que la noticia se convierta en un reality en el interior de la mina. Las cabezas pensantes de los mass media pueden ser extremadamente perversas. Es una suerte que la película de Billy Wilder sea una de sus obras menos populares. Mejor no darles ideas.

viernes, 13 de agosto de 2010

En tierras fronterizas

Toloriu

trementinaires

la Cerdanya catalana

He imaginado tantas veces cómo fue para los republicanos cruzar a pie la frontera con Francia huyendo de la guerra o de la dictadura de Franco, que cuando por fin pisé aquellos paisajes sentí como si ya hubera estado allí, entre la Cerdanya catalana y francesa, rodeada de montañas inmensas, prados y lagos altísimos que en su momento hubieran estado plagados de guardia civil siguiéndome los talones. Impresiona la propia Historia e impresiona este lugar de majestuosa y exhuberante vida en la estación estival, tierra fronteriza muy proclive al misterio y la leyenda, y tierra también de las trementinaires. Consideradas hechiceras, curanderas y brujas, las trementinaires eran mujeres de vida nómada, amplias conocedoras de las plantas medicinales de la zona de la Cerdanya, que se dedicaban, entre otras cosas, a fabricar y vender trementina. Más allá de la leyenda, las trementinaires no tienen nada de brujas, sólo eran mujeres que, a mediados del siglo XIX y como consecuancia de las migraciones del campo a la ciudad (tengamos en cuenta la revolución industrial en Catalunya), decidieron sobrevivir en el campo llevando una vida de vendedoras ambulantes de remedios naturales para los males de la salud. En su tránsito, solían seguir siempre la misma ruta, ya que conservaban a sus clientes. La última trementinaira falleció en 1982. Se llamaba Sofía, era de un pueblo llamado Ossera y mantuvo la tradición de sus ancestros (o ancestras) hasta el fin de sus días.
Y para leyendas locales, si alguna vez pasáis por Toloriu, cerca de la Seu D'Urgell, os quedaréis helados con una placa que conmemora la muerte en ese mismo pueblo de la princesa azteca Xipaguazín Moctezuma, hija del último rey de la dinastía azteca. Suena increíble pero todo apunta a que es cierto. Según documentos escritos por el cronista de Hernán Cortés, antes de morir, Moctezuma cedió la custodia de sus tres hijas al conquistador español y éste se las llevó a España. Durante la larga travesía de vuelta, una de las hijas entabló una relación amorosa con Joan Grau, noble catalán y lugarteniente de Hernán Cortés. Tan es así que a su llegada a España convivieron (no se sabe si en matrimonio o en pecado) en el castillo de Toloriu, localidad de la que el noble era Barón, y llegaron a tener un hijo que más tarde reclamaría sus derechos sobre tierras mexicanas!! La princesa Xipaguazín (bautizada por el rito católico como María) murió en 1537. Brujas, maquis, princesas aztecas... La Cerdanya es una tierra llena de sorpresas.

viernes, 30 de julio de 2010

Pon un Eneas en tu vida

Tengo la mitología griega grabada a fuego desde que tenía edad de comer papillas. Mi hermana mayor estudiaba Filosofía y Letras y practicaba conmigo sus traducciones del griego clásico, con la excusa de entretenerme para que comiera. Gracias a ella crecí escuchando historias de la Odisea, la Eneida y la Illíada, divirtiéndome con las aventuras de Hércules mientras disimulaba el terror que me producían esos bichos imposibles como el Minotauro, Medusa, los grifos y las arpías. Ahora acabo de terminar una novela sobre la fundación de Cartago que se llama Dido, Reina de Cartago y que os recomiendo como lectura para las vacaciones. Sólo tiene 300 páginas y su autora, la historiadora Isabel Barceló Chico, ha extraído de la Eneida de Virgilio la leyenda de la huída de Tiro por parte de los Fenicios, la fundación de Cartago y el trágico amor de la reina Dido, también conocida como Elisa de Tiro, por el troyano Eneas (já! menudo pájaro estaba hecho!). La gracia de la novela no reside sólo en rememorar mitos que muchos ya conoceréis, como la famosa piel de toro del rey de Libia o la intervención de Venus y Cupido para llevar a Dido a la perdición; sino que han participado en la confección del libro montones de internautas lectores del blog de Isabel Barceló: Mujeres de Roma. La bloguera ofreció a sus lectores la posibilidad de introducir ellos mismos un personaje en la novela, extraído de la Eneida o inventado, aportando sus propias características. Al final de la novela, Isabel agradece cada una de las aportaciones con el nombre del personaje junto a la del lector, y explica que cuando llegó a tener 70 personajes, tuvo que parar porque la acogida fue enorme.
Cuando empecé el libro, pensé que era una novela histórica más; sin embargo, su proceso de elaboración la hace singular y merecedora de un huequito en mi estantería. Además, las pasiones desgarradoras siempre son bienvenidas en las tardes de estío... o no?

martes, 20 de julio de 2010

Salvemos a las sirenas entradas en carnes

Cuando Cristobal Colón llegó a América y vio por primera vez un manatí, pensó que era una sirena y, como es lógico, se sintió decepcionado por las leyendas que hablaban de aquellas bellas mujeres mitad humanas-mitad pez, capaces de hacer perder el juicio a los marineros más curtidos, como se puede leer en su cuaderno de bitácora, donde escribe que las sirenas "no son tan hermosas como se pintan". Los manatíes miden entre 3 y 4 metros y pesan 200-300 Kg. Tienen extremidades anteriores con dedos y una cola plana. Dicen de ellos que son amigables, apacibles e incluso domesticables. El Golfo de México es uno de sus hábitats naturales, repartiéndose entre las costas de Luisiana, Alabama, Misisipi y Florida. Como no podían ser menos, estas "señoras del mar", significado de la palabra manatí en alguna antigua lengua indoamericana, se están viendo afectadas por el vertido de crudo de BP. Tanto si "pastan" en las praderas del fondo marino dañadas por el petróleo, como si salen a respirar a la superficie y entran en contacto con la mancha o ingieren agua contaminada, pueden sufrir graves daños e incluso morir. Y los manatíes son sólo la punta del iceberg, ya que, como explica Nikolas Kozloff, autor del libro No rain in the Amazon: How South America's climate change affects the entire world, el vertido contiene un 40% de gas metano. El metano es incoloro, inodoro e inflamable y, en contacto con el oxígeno, se convierte en CO2 y provoca disoxia marina, un fenómeno que mata a la fauna marina consumidora de oxígeno. Si aún no tenéis suficiente, os puedo hablar del calamar gigante y el cachalote, residentes en estas costas y también en grave peligro. Todo esto me lleva a no poder reprimir una carcajada, muy a pesar de los encantadores manatíes, cuando leo la noticia de que Obama ha presentado la nueva política de protección de los océanos, que una Sigourney Weaver poseída por Jane Goodall alaba fervientemente en un artículo publicado en el diario digital The Huffington Post que no tiene desperdicio. Estimada Teniente Ripley, permítame dos apuntes: 1. Desafortunadamente Obama no es Dios y no tiene el poder de proteger todos los océanos de la tierra; y 2. Pandora es sólo animación 3D, quítese las gafas de plástico y observe a su alrededor, el mundo es mucho más feo.


martes, 13 de julio de 2010

Bizarrismo yogui


Lo he intentado, lo juro, llevo años practicando yoga en sus distintas vertientes en centros públicos y privados, con profesores de toda clase... Siempre llego a la misma conclusión, y es que el yoga tiene un puntito secta que no acabo de pillar. Sin pretender faltar a nadie al respeto, el otro día practicando Kundalini Yoga me sentí tremendamente ridícula. Al principio de la clase todo iba bien, hicimos los habituales ejercicios de relajación con las piernas cruzadas, la respiración abdominal y un par de mantras -"ong namo, guru dev namo"- (no son santo de mi devoción, pero los tolero); después algunos ejercicios clásicos de yoga como el perro-vaca, la cobra, el saludo al sol, etc. Hasta aquí todo bien, sin embargo, la clase comenzaba a ser excesivamente larga. A pesar de no llevar reloj, empecé a tener la sensación de que ya llevábamos más de hora y media, lo cual me venía fatal porque me tenía que ir a trabajar y ya veía que llegaba tarde. Por fin hicimos el ejercicio final de relajación, ese en el que te tumbas boca arriba, no piensas en nada y dejas caer todo el peso de tu cuerpo, sintiéndote cada vez más ligero. Este ejercicio suele ser muy agradable, no lo voy a negar, pero si dura mucho tiempo, te acabas quedando sopa y, reitero, ¡me tenía que ir a trabajar! Pues no contenta con dejarnos a todas (todas, sí, no había ni un sólo hombre) medio fritas, al final la monitora nos obligó a hacer un ejercicio en el que cantábamos el estribillo de una canción yogui, con coreografía incluída que no pienso describir porque me muero de la vergüenza. No hace falta decir que a estas alturas de la película mi relajación se había convertido en irritación y mis músculos empezaban a agarrotarse de pura mala leche. La canción yogui provenía de un CD cuya carátula daba el mismo miedo que las que podéis ver en la fotografía, que dan cosica, y decía literalmente: soy hermosa, soy dichosa, soy generosa... soy yo.... Todo ello acompañado, como decía, de una coreografía absurda en la que no bastaba con cantar, sino que también había que sonreir como una imbécil. Lo siento de veras por quien lea esto y pueda sentirse ofendido, personalmente no estoy en ese nivel de autoestima en el que necesite repetirme a mí misma delate de 10 desconocidas que soy hermosa y estupenda. Quizás a algunas personas les ayude a sentirse mejor. A mí me ayuda a sentirme ridícula. Y no sólo eso, sino que si tienes la desgracia de que te pasen una fotocopia con los mantras traducidos, apaga y vámonos. El más impactante dice así "Aap Sahaee joa, sache daa, sache dhoa. Jar, jar jar", que en castellano viene a ser: "el señor mismo se ha vuelto mi protector. la verdad de la verdad me ha puesto a su cuidado. Dios, Dios, Dios". Es escalofriante.

miércoles, 7 de julio de 2010

Todos a la Cárcel

Foto: elplural.com

Es una pena que hayan demolido parte de los pabellones de la Modelo de Valencia, donde Berlanga rodó su película Todos a la Cárcel. Y es una pena porque estaría bien hacer un remake con todos los miembros del PP valenciano que están implicados en procesos judiciales. Ayer por la tarde el presidente de la Diputación de Alicante fue detenido y prestó declaración junto a otros imputados por una trama (otra) de corrupción en la vega-Baja, al sur de Alicante. Si esto fuera una quiniela, ya tendríamos el pleno al quince: el presidente de la Diputación de Castellón, el presidente de la Diputación de Alicante, el molt honorable president de la nostra comunitat, varios ediles de Orihuela, la consejera Milagrosa Martínez, el tesorero del partido... ¿alguien da más? se abren las apuestas. Aquí podéis leer un resumen de sus "travesuras".
Ayer a las 9 de la noche la noticia era portada de todos los diarios digitales y, mirando el teletexto me encuentro, irritada, que no sorprendida, que en Canal 9 la noticia no existe. No es que estuviera en plano secundario, es que NO EXISTÍA. El presidente de la Diputación de la provincia de Alicante es detenido y Canal 9 directamente actúa como si no se hubiera enterado. Una vez más la GESTAPO valenciana vuelve a hacer apología de la censura. Y siguen ganando por mayoría absoluta. Tenemos lo que nos merecemos, y que viva la democracia...

viernes, 2 de julio de 2010

"Infectados" por la huelga

foto:elpais.com

La impresión que tuve cuando leí el Ensayo sobre la ceguera del reciente y tristemente fallecido José Saramago, fue que estaba viendo una película de zombies de esas modernas que se desarrollan en ciudades emblemáticas y en las que a los muertos vivientes se les llama "infectados". La atmósfera asfixiante, el desasosiego y la podredumbre que desprende esta novela era lo más parecido a 21 Días Después. Qué angustia... La misma que siento cuando veo a mis paisanos madrileños deambulando por las calles, cual infectados, intentando llegar a sus puestos de trabajo, a sus casas, al colegio... adonde sea en un triste autobús al que se subirán apretujados como ratas. Esa pobre gente está viviendo ya la quinta jornada de la huelga de metro y parecen haberse acostumbrado porque, como buenos especímenes del género humano, se caracterizan por su capacidad de adaptación al medio.
Hacer una huelga de metro en Madrid, como la que se vivió en las jornadas del lunes y el martes, es un auténtico acto antisistema que casi podríamos calificar de anarquista, aunque esta no sea la intención de los trabajadores, que simplemente se levantan en contra de una reducción de salario inventada por esa gran ideóloga que es doña Espejodeloquesomos (si alguien no sabe de qué va esto, sólo tiene que recordar el lema publicitario de Telemadrid más desafortunado de todos los tiempos). El comienzo- y el final- del Ensayo sobre la Ceguera retrata un mundo que ha perdido el control de la estructura que lo sostiene y nos demuestra lo efímera y volátil que esta estructura puede llegar a ser. Basta con unos cuantos conductores de metro cabreados para que una ciudad de 3 millones de habitantes se encuentre perdida y desesperada dentro de su propio sistema. Hemos creado tantas cosas que dependen de que todos estemos de acuerdo y las hagamos funcionar, que cuando alguno se cabrea, la civilización se va al garete. El señor Saramago era un sabio...

miércoles, 30 de junio de 2010

Chotas y fútbol


Decir que el mundo del fútbol es machista aburre hasta a los elefantes, pero si no lo digo, reviento. ¿Para cuándo una mujer comentarista de fútbol? No, no, no, Sara Carbonero no cuenta. Estar en la banda con un micro, decir cuatro chorradas en medio del partido y entrevistar a los jugadores al final no es ser comentarista de fútbol. Lo que me pregunto es porqué la Carbonero no puede estar arriba, con el pesao del JJ Santos y Camacho, codeándose con esos machotes y discutiendo sobre si el gol anulado era o no fuera de juego. ¿Será que el cromosoma X es incapaz de procesar el significado de un fuera de juego?, ¿será que si sube ahí arriba Sara Carbonero los comentaristas de fútbol se matarían a cachiporrazos por el privilegio de ser el macho alfa que cubra a la hembra de la manada? Y muchos diréis que sí hay periodistas deportivas, claro, claro, que si María Escario, Olga Viza y esa señora que comenta la gimnasia rítmica desde hace más de 30 años... No valen, tampoco son comentaristas de fútbol. En realidad lo que pasa es que la Carbonero está buena, muy buena; tanto que lo único que la diferencia de un florero (veáse la foto de arriba) es que le dan un micro y le permiten hacer sus cuatro comentarios chorras en medio del partido. Y ojo, que no estoy dudando de su inteligencia ni profesionalidad, lo que digo es que le dejen demostrarlo, porque, sinceramente, desde fuera lo que se huele a la distancia es un tufo machista de los gordos, apoyado por medios de comunicación supuestamente tan prestigiosos como The Times... hay que joderse. Ya sé que llego tarde, que lo del times pasó hace semanas... pero es que ayer viendo el partido de España me di cuenta de que nunca, jamás en la vida una mujer cantará un gol por televisión y mucho menos por la radio. Debe de ser por lo del fuera de juego que, confieso, tras años de explicaciones por parte de todos los varones que han pasado por mi vida, creo que sigo sin entender del todo.

lunes, 21 de junio de 2010

Echo de menos mis Martens


Acabo de ver un Saturday Night Live con John Goodman en el que actuaba Faith No More, y me ha asaltado un terrible ataque de nostalgia. El programa en sí databa de 1991 y Goodman pesaba como 50 kilos menos que ahora, y eso que ya estaba gordo. No puedo evitar sentir simpatía por este pedazo de actor, que nunca decepciona, porque le encuentro un enorme y enternecedor parecido con mi padre. Pero no ha sido sólo el John Goodman de la mejor época de Rosseanne, la culpa ha sido de Mike Patton y sus Dr. Martens verde oscuro. Bueno, sus Martens y su corte de pelo, su camisa abierta luciendo una camiseta debajo y la imposible combinación de leggins rojos con bermudas encima de lunares blancos. Indescriptible. La imagen me ha hecho amar de nuevo el grunge, si es que alguna vez lo había dejado de amar. Ver un Saturday Night Live de los noventa sirve para darse cuenta de que nunca, jamás, hemos tenido -ni tendremos- en España un programa de ese calibre, y para recordar que los mejores grupos de rock de entonces actuaron en el show, en vivo, rompiendo guitarras y haciendo ruido del bueno. En fin, ni merece una mención el patético intento de trasladar el formato a España con la troupe buenrollista de Cuatro, esa cadena que todo lo que toca, lo jode. No, señores, no. ¿Un Saturday Night Live a la española? fuck off. Total, que tras deleitarme rememorando recuerdos de adolescencia, he decidido que este invierno me compro unas Martens. Porque son lo mejor para la lluvia, el frío y los conciertos de rock, y porque molan mogollón. Aún me pregunto qué había fumado el día que decidí tirar las mías a la basura, probablemente en alguna mudanza, después de todo lo que habíamos vivido juntas. Eran rosa chicle y me tocaron en un sorteo. Ahora cuestan de 120 euros para arriba, así que más me vale ahorrar... o encargárselas a algún familiar que vaya a Londres, que dicen que allí son más baratas (otro mito de los 90!)

viernes, 18 de junio de 2010

Post Katrina New Orleans


En agosto se cumplen cinco años desde que el huracán Katrina arrasó Nueva Orleans. En España ya casi ni nos acordamos, porque nos queda lejos y porque otros desastres naturales se han sucedido en los últimos años y la agenda setting de los periódicos va condenando al ostracismo lo que ya "no es noticia". Sin Embargo, la zona donde se encuentra Nueva Orleans, el Golfo de México, vuelve a ser noticia por el vertido de BP y nos recuerda que las aguas (nunca mejor dicho) no han terminado de volver a su cauce en la ciudad más grande del estado de Luisiana. Situado entre Florida, Georgia, Alabama y Texas, Luisiana fue primero provincia francesa, después pasó a manos de España, de 1763 a 1801, para ser recuperada por Napoleón, quien decidió venderla a la recién constituida República Nortemaericana.
Cuando el huracán Katrina pasó por Nueva Orleans, provocando las inundaciones que anegaron la ciudad, la población era de aproximadamente 500.000 habitantes. Un año después se había reducido a la mitad, entre evacuaciones y defunciones. Quienes se quedaron y quienes, poco a poco, han ido retornando y reconstruyendo -con sus propias manos- sus hogares, coinciden en que la ciudad no ha vuelto a ser la misma. Algo se ha apagado en la cuna del jazz, el R&B, el Mardi Gras y Louis Amstrong. De esto habla Treme, la nueva serie de David Simon, el creador de la inconmensurable The Wire. Simon era periodista antes de dedicarse a producir series de televisión, y gracias a pertenecer a esa raza especial de observadores de la realidad que son los buenos periodistas, es capaz de retratar como nadie la situación desesperada de las gentes de Nueva Orleans pocos meses después del Katrina. La serie narra, a ritmo de jazz fest, las desventuras de un retablo de personajes directa y profundamente afectados por el huracán. Más allá de Brad Pitt y los eventos benéficos con famosos, David Simon da voz a quienes sufrieron y aún sufren la incompetencia del gobierno norteamericano (la administración Bush y la herencia de Obama), en una crítica genial que nos descubre -a los que no tenemos la suerte de conocerla- una ciudad llena de vida, cultura e historia. Investigando por la red me he encontrado con el blog de alguien llamado Robert X. Fogarty, que escribió una reveladora columna semanal sobre el Nueva Orleans post Katrina, desde 2007 hasta 2009. No sé porqué abandonó el blog, pero le he escrito un mail para descubrirlo. Ya os contaré si me contesta.

lunes, 14 de junio de 2010

El segundo sexo de la Beauvoir


Hace unos días estuve en una boda, acontecimiento que, afortunadamente para mi bolsillo y mi salud mental no se repite más de una vez al año. La ceremonia fue civil, pero sencilla y breve. Menos mal, porque hoy en día las bodas civiles se alargan más que la Misa del Gallo. Desde que está de moda celebrar la unión en el mismo lugar que el banquete, la gente se toma muy en serio el derecho a la libertad de expresión e invitan a subir al estrado a todos los amigos y familiares que tienen algo que decir - y a los que no, también - sobre la encantadora pareja de novios. Así, nos encontramos con padres orgullosos que empiezan su discurso con el nacimiento de su hijo (hace lo menos 33 años) y lo acaban ya en la barra libre; con amigas íntimas que revelan un secreto tan terrible sobre la novia como que vomitó en un autobús en su primera borrachera; o hermanos obligados por sus padres a salir a hablar ("¿cómo no vas a tener nada que decir en la boda de la niña?"), que se plantan delante de los 200 invitados para balbucear que nunca se han llevado bien con su hermana - pues claro, como todo el mundo -. En fin, que en las bodas de hoy en día aportan su granito de arena a la eternidad de la ceremonia hasta los jueces de paz, muy aficionados a las citas literarias. "No llores por que no salga el sol; las lágrimas no te dejarán ver las estrellas", y cosas por el estilo adornan cualquier boda civil que se precie, sustituyendo en cierta forma al versículo quinto párrafo primero del libro segundo... de una boda católica. Sin embargo, Rabindranath Tagore no es el problema. El problema es ser fan de las citas literarias sin tener ni puñetera idea de quién las escribió. El juez de paz de mi última boda como invitada se llevó la palma cuando, al acabar la ceremonia, ni corto ni perezoso dijo solemnemente:"y ahora quiero citar una frase del escritor francés Simone de Beauvoir (...)" Glups! ¿Alguien podría explicarle a ese hombre que Simone en Francia es nombre de mujer, y que la Beauvoir era una estupenda filósofa, novelista y ensayista que, para más inri, está considerada la madre del Feminismo? Glups! Lo peor es que miré a mi alrededor presa del estupor para comprobar que... ¡nadie se había dado cuenta! Como afirma apesadumbrada una señora en el programa de TV3 APM: "madre mía, cómo está la vida..."

viernes, 11 de junio de 2010

La miseria te espera en cualquier esquina


Son las cuatro de la tarde en una calle cualquiera de un barrio de clase media de Madrid. La calzada está ocupada por varias filas de coches, monovolúmenes en su mayoría, de los que salen mamás, también en su mayoría, con carritos de bebé y bolsas con la merienda para sus retoños. Es la hora de salida de la guardería. En la misma calle y a la misma hora, un edificio maltratado por el abandono y el tiempo, en cuya puerta puede leerse una placa que dice "Colegio Hispania", bulle de actividad en su interior. Está okupado por varias (no podemos adivinar cuántas) familias rumanas de etnia gitana. De repente la puerta metálica verde que veis en la imagen se abre, permitiendo atisbar el interior. Chatarra. Son chatarreros. Un niño de unos 7 años se asoma a la puerta y se queda inmóvil mirando fijamente, con una mezcla de envidia y curiosidad, a los niños que salen de la guardería luciendo ropa limpia y mochilas con llamativos dibujos, comiendo chuches y bebiendo esos yogures para beber tan monos que hay ahora. Los niños y las mamás se meten en sus coches para volver a casa, donde les esperan dibujos animados en pantallas de plasma de 42 pulgadas. Los coches brillan, son grandes y están asegurados a todo riesgo. Quizás el niño piense que, por nada del mundo, querría jugar con esos niños. Puede ser que su mamá le diga cada día que no se acerque a ellos, como seguramente harán las mamás de los coches brillantes con sus pequeños. Conclusión: la miseria está por todas partes y algunas de las peores cosas que genera son la desconfianza y el resentimiento.